El juego en los adultos como esparcimiento, puede ser un modo de
resolver problemas en forma creativa y de liberarse del estrés que
genera el exceso de preocupaciones; a la vez que permite ser más
flexible, enfrentar las situaciones dramáticas con más recursos y
relacionarse en forma más relajada.
Jugar es vivir en un mundo imaginario como si fuera real, interpretar
otros personajes y atreverse a recuperar el espíritu aventurero y la
libertad perdida.
Partiendo de esto, como educadores podemos utilizar el juego como un medio para lograr ciertos objetivos o como un fin en sí mismo.
En próximas entradas iré profundizando en este tema, puesto que creo que el juego es algo olvidado, muy a nuestro pesar, tanto para adultos en el juego espontaneo, como para los profesionales de la educación como medio para conseguir objetivos en las diferentes intervenciones que realizamos con todo tipo de destinatarios.
El juego es esencial, para el fomento de muchos valores y actitudes,a través del juego aprendemos a socializarnos, a comprender reglas, a seguir instrucciones, es decir, es una herramienta muy valiosa para la consecución de aspectos integrales de la persona.
ResponderEliminarPor todo esto podemos decir que el juego no es solo cosas de niños/as.